Los beneficios para Beirut del levantamiento de las sanciones de EE.UU. a Siria
El anuncio de Trump podría desencadenar una «distensión» económica, además de favorecer el retorno de los refugiados sirios. La reconstrucción, los intercambios comerciales y bancarios volverán a ser posibles entre Beirut y Damasco. Y la posible normalización con Israel permanece en un segundo plano. Walid Joumblatt recuerda la principal condición de los países árabes: «Paz a cambio de territorios».
Beirut (AsiaNews) - El líder druso Walid Joumblatt fue el primero en el Líbano en acoger con satisfacción el levantamiento de las sanciones contra Siria, incluida la infame "Ley César" de 2019, anunciada el 13 de mayo por el presidente Donald Trump en Riad y celebrada por la población siria. Entre otras cosas, también había sido el primer dirigente político del mundo en reunirse con el nuevo líder sirio Ahmed al-Sharaa en Damasco. Por supuesto, aunque el levantamiento de las sanciones representa un punto de inflexión, al mismo tiempo quedan varios obstáculos antes que la economía del país pueda recuperarse de años de aislamiento y guerra. No obstante, la libra siria ya se ha revalorizado un 25% sólo con este anuncio.
En cualquier caso, esta decisión refuerza la legitimidad del liderazgo de al-Sharaa y contribuye a la senda de estabilización de Siria, un factor que también repercutirá positivamente en el Líbano del presidente Joseph Aoun. El país del cedro también ha tenido dificultades para obtener los fondos necesarios para reconstruir las aldeas fronterizas destruidas y es víctima diaria de los ataques y bombardeos aéreos israelíes.
«No podemos separar los acontecimientos regionales del Líbano», afirmó Joumblatt. «Esperamos poder mantener intactos los mapas geográficos definidos por los acuerdos Sykes-Picot. Lo que nos importa es la preservación del Gran Líbano, que sigue subordinada a una solución en Palestina».
A este respecto, Joumblatt piensa sobre todo en las repercusiones políticas sobre la integridad territorial de Siria y Líbano. Una recuperación económica en Siria sólo puede aliviar las tensiones sociales y comunales que Israel ha tratado de exacerbar, conduciendo a la escisión del país en entidades autónomas étnicas y culturales alauitas, kurdas, drusas y suníes.
Inmersos en difíciles cálculos relacionados con las elecciones municipales que anticipan las legislativas de mayo de 2026, los líderes cristianos libaneses también han acogido con satisfacción la «sorpresa estadounidense»; una reacción que aún no tiene realmente en cuenta sus repercusiones sobre el número de refugiados sirios que, desde 2011, cientos de miles han emigrado a Líbano huyendo de la guerra. Según estimaciones oficiales, el país de los cedros acoge entre 1,5 y 2 millones de refugiados sirios, cuya presencia representa una pesada carga para su economía. «Este retorno, que comenzó tras la caída de la dinastía Assad en diciembre de 2024, debe acelerarse para que Siria recupere cierto grado de prosperidad económica», espera el líder cristiano Samy Gemayel, jefe de Kataëb.
Según las agencias de noticias, el presidente Trump ha vinculado el levantamiento de las sanciones contra Siria a la promesa de normalizar las relaciones de Damasco con Israel. Aprovechando la ocasión, Joumblatt declaró abiertamente: «¿Quién ha dicho que Líbano se opone a los "Acuerdos de Abraham"? Este proyecto se originó en el propio Líbano, en 2002, durante la cumbre árabe de Beirut que decretó el principio de paz a cambio de tierras para poner fin al conflicto árabe-israelí. Una normalización colectiva a cambio de la creación de un Estado palestino y la retirada israelí de los territorios ocupados».
Acosados por Washington en este sentido, en particular a través de la comisión de supervisión del alto el fuego de noviembre de 2024, los libaneses son unánimes al afirmar que un Líbano en el que Hezbolá siga armado «será el último país árabe en normalizar sus relaciones con Israel». Sin embargo, Líbano «tampoco podrá permanecer al margen de la unanimidad árabe», asegura Samy Gemayel, jefe de Kataëb.
Las consecuencias
En la práctica, Líbano podría beneficiarse enormemente del levantamiento de las sanciones vinculadas a la «Ley César». De este modo, las infraestructuras portuarias y las empresas del país podrían beneficiarse de la reconstrucción de Siria, cuyo coste se estima entre 250.000 y 400.000 millones de dólares. Todos los sectores de la industria, empezando por las fábricas de cemento, podrían beneficiarse. La proximidad geográfica, unida a la experiencia, son puntos fuertes que nadie puede dejar de reconocer a los empresarios libaneses, como afirma su sindicato.
Por otra parte, la Ley César de 2019 prevé sanciones contra todos los actores -incluidos los extranjeros- que ayuden al régimen sirio a adquirir recursos o tecnologías que refuercen sus actividades militares o contribuyan a la reconstrucción de Siria. Por supuesto, su cancelación aún debe ser aprobada por el Congreso estadounidense, pero “es solo cuestión de tiempo”, explican los analistas, y el presidente de EEUU, Trump, tiene todos los medios legales para ordenar su suspensión durante 180 días, que también puede ser renovable.
«La reactivación de la actividad comercial y económica en Siria tendrá un efecto dominó positivo en la de Líbano, mientras que el comercio entre ambos países recobrará vigor», explica a L'Orient-Le Jour (LOJ) Amir Al-Samman, experto en política internacional y fundador del proyecto SyriaSpeaks. Las repercusiones positivas de esta medida podrían extenderse también al sector bancario libanés, que podría tratar más fácilmente con bancos y clientes sirios. Para ello, Damasco aún debe reconectarse a las redes bancarias internacionales Swift e IBAN, de las que quedó desconectado en 2011.
Por último, en la nota de prensa, el ministro libanés de Finanzas, Yassine Jaber, menciona también, entre los efectos positivos del levantamiento de las sanciones, la aceleración de la puesta en marcha de un proyecto, examinado a principios de mayo, para el tránsito de petróleo iraquí hacia la refinería (inactiva) de Trípoli. A esto se añade también la instalación de una línea de fibra óptica entre Líbano y Siria y, por último, la de una red eléctrica que conecte Líbano con el interior árabe.
Sin embargo, estas perspectivas positivas seguirán dependiendo siempre del proceso de desarme total de Hezbolá en Líbano. Un proceso que es político pero que también afecta a la seguridad, y que avanza con demasiada lentitud a ojos de muchos libaneses, y que probablemente Irán esté utilizando como carta en sus conversaciones nucleares con Washington.
01/03/2023 12:33
27/09/2018 14:33
28/08/2020 09:47